martes, 28 de julio de 2015

La Bola de Cristal, "A esperar tiempos, instan a adelantados", 28 de Julio del 2015

A esperar tiempos, instan a adelantados

La ciencia de la política de ahora requiere de condiciones muy peculiares para quien la practica en un mundo interconectado, complejo e interdependiente, hay que sumar otros requisitos a lo que ya es clásico en la práctica del “madruguete”, sin el afán de conocimiento y la disciplina, la destreza comunicacional, el liderazgo transdisciplinario, la colaboración con fidelidad y lealtad y la capacidad crítica y creativa. 


Ese cambio radical no es a los que se les despierta la ansiedad por adelantarse y ser de los primeros en salir a escena aventajados, mostrándose con sus ansias en los medios, sin antes señalar que son de lo mejor, reseñando que fueron postulados con la decisión de su partido.


Y ya hay casos que intermitentemente se han visto que se muestren con esos instintos de ser los más avezados para estar en el proscenio político con esa tendencia creciente previo a las elecciones electorales en el 2016 que se realizarán en el Estado, en donde se renovará el Congreso local, las presidencias municipales y la gubernatura estatal. Y aún no es tiempo de levantar la mano.

En esa práctica del “madruguete”, los adelantados han dejado visos que de no ser ellos buscarán la autonomía, lejos de la motricidad de la maquinaria de unidad dentro de su bandería política, sin la lógica de seguir unidos en equipo. 


Participación política con trabajo 



Se les ha dicho enfáticamente a los adelantados que ahora la participación activa y la colaboración en el preámbulo del proceso de sucesión gubernamental en Quintana Roo, como en los demás, verbigracia, a los unos que pretenden ser diputados locales y, a los otros que aspiran ser alcaldes municipales, los que con vehemencia elevan las oraciones al cielo para que los vea el Señor. Que es con su dedicación al trabajo encomendado. Por ahora no hay más. Y tienen que esperar los tiempos. Y no alzar tanto la mano.


El cambio alcanza a algunos titulares a los que les llega el extrañamiento del prístino líder en el Estado con comunicados directos no tan afectivos, para detener la escala de estas transformaciones en el conducir de los políticos del patio adelantándose para estar enfrente de los demás.


El PRI tiene activos clave para no quedarse atrás en los tiempos venideros, y la organización tricolor podrá también cambiar el futuro previsible de los que se salgan del corral o que se brinquen las trancas, para seguir tejiendo redes de colaboración unidos con el talento de otras figuras que se encuentran al interior del partido tricolor.


Si bien alguno de los excomulgados de buena posición aun no regresa, es seguro que ante una reflexión futura estará presto a enmendar su mal proceder al tomar el camino equivocado. Y ahora le dé por regresar a la primigenia política que lo vio nacer.

Y no pasará nada en la casa del pueblo de la oriflama tricolor, porque para que pase, se necesita gente que haga lo que se debe hacer, cada cual con su pedacito de pastel, aunque hay algunos que les tocó de poco y a otros de mucho.

Pero las salidas adelantadas son distintas. Por un lado, se hallan los que pusieron su trabajo de por medio cumpliendo con el fin de sobrevivir. Afuera se trabaja con oportunidad, adentro se calienta o se quema en el mismo fuego interior. Hay otros que al ver que no tendrán oportunidades volteen a mirar para otra parte.
En los que se quedan están los que quieren ven pasar como oportunistas, grupúsculos intentando gozar provechos individuales a partir la unidad colectiva, Hay otros con el esfuerzo de tantos años que han dado hasta el último aliento, por lo que hoy poseen cargos relevantes.


Pero el sentir de la ciudadanía, es y será implacable. La verdad siempre aparece. Llega sin avisar, de sopetón, sin llamarla, a veces semeja a un espíritu, pues su decisión es indetenible.



Finalmente, el reparto de cargos a los útiles que serán postulados para el proceso electoral que se avecina, si no hay un cambio en su rumbo, mientras habrá que masticar y no atragantarse, soportando el cargo. Necesidad obliga.



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