lunes, 24 de agosto de 2015

La Bola de Cristal, "Quién va por el que se va", 24 de Agosto del 2015

Quién va por el que se va

La virtual decisión de Eduardo Espinosa Abuxapqui de separarse del cargo de Presidente Municipal con licencia, es a modus propio, y quién habría de sustituirlo, no depende única y exclusivamente de la voluntad del alcalde saliente.

Tras haber advertido las opiniones de los tratantes y los consultados. Además de los análisis, dimes y diretes, participarían 3 figuras que se encuentran dentro del cuerpo edilicio del ayuntamiento Othón P. Blanco.

Uno que está en el sitio dos, fuera del componente del cabildo electo como secretario general, Jorge Aguilar Cheluja, dos, una mujer en el sitio de primer regidor, Marina González Zihel, y el otro que está fuera de lo que orla al equipo del actual presidente y suena fuerte, es el Síndico municipal, Arturo Fernández Martínez.

Las opiniones de los tres en mención coinciden en lo riesgoso de operar los programas del municipio capitalino por lo complejo de sus magras finanzas. Uno por otro, más otro, con daños colaterales y el riesgo de operar la espina dorsal del municipio por la falta de atención de los servicios públicos municipales  en riesgo de una parálisis.

Otra opinión coincide en el riesgo de que si se intervenían las influencias del presidente con licencia para inclinar la balanza hacia quien ostenta el cargo número 2, se podría potenciar la parálisis de los miembros inferiores, exponiendo las bondades que se requieren en la base trabajadora municipal.

Habría que hacer connotar que la negativa o aprobación de quién será el presidente sustituto es responsabilidad del H. Cabildo othonpeblanquense, en primera instancia, con lo que se debe acatar la máxima decisión constitucional. Sin embargo alguna información deja más que decir que seguramente el Legislativo local tendría injerencia legal en tal álgida decisión y, también, la decisión del alto mando del PRI.

Más en una zona que es muy sensible como el municipio othonense asentado en la cabecera de la capital política de Quintana Roo, entonces le prestarán mayor atención. Y para esa decisión adicional pondrán en la mesa de análisis a los tres tratantes. –Y, también, si hubiera otro, u otros prospectos, al respecto-.

A pesar de que en varias oportunidades los propios precandidatos a suceder al presidente saliente, si se fuera de licencia, no saben si son o no son o deberían ser. Pero sus deseos de coronarse en el palacio municipal, si lo son, y su corazón se llena de vitalidad.

Aunque ya hay una que se adelantó y alzó la mano, Marina González Zihel, al decir, -que por ley seré yo como primera regidora, la presidenta sustituta-.

Quintana Roo de Chucho a Beto 

Desde que el gobernador del Territorio Federal, David Gustavo Gutiérrez Ruiz, entregó la estafeta del cambio al gobernador constitucional, Jesús Martínez Ross, le prosiguieron los mandatarios del Estado, Pedro Joaquín Coldwell, Miguel Borge Martín, Mario Ernesto Villanueva Madrid, Joaquín Ernesto Hendricks Díaz, Félix Arturo González Canto, hasta la fecha con el actual gobernador del Estado, Roberto Borge Angulo.

Al actual gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, toca en turno lo que es inherente al quehacer como Estado Libre y Soberano respecto a la política social alentando la existencia de los más valiosos principios de los quintanarroenses, la pluralidad de posturas y creencias éticas, políticas y religiosas y, de manera destacada, la tolerancia y el respeto a la discrepancia.

A la distancia de cuatro décadas de Quintana Roo y su autonomía, constituye uno de los atributos de la entidad de todos los tiempos y, en tal sentido, se constituye como la región federada más joven del país, la cual se define en el tiempo y en el espacio.


Danzón dedicado

El caso político del estado de Quintana Roo es emblemático por estos días. Ya los medios reseñaron parte de un mensaje del gobernador Borge que a miembros del partido hizo llegar marcando la pauta: “Quintana Roo para los quintanarroenses”, más a los que sienten que cada día la decisión del candidato del PRI a gobernador para la sucesión del 2016 se acerca, y son varios los priistas aludidos que se encuentran en la palestra o que ya alzaron la mano anticipadamente.


Los análisis que se vierten en los mentideros políticos de café, en sus conjeturas afirman, que antes de ese mensaje ya se tenía previsto lanzar como candidato para ese cargo al hijo mayor del Partido Verde Ecologista, Jorge Emilio González, de cuota como parte de la alianza PRI-Verde.

Según el panorama premonitorio. Sería nuevamente su padrino quien lo monte en el caballo para participar en el hándicap de sucesión en el 2016, tal como logró hacer al mencionado llegar al Senado de a muertito. Y ahora sin ese esfuerzo, está de licencia.


Hay muchas acusaciones en el contexto. Una es la que vincula al llamado “niño verde” con el Estado, que solo ha venido a departir con amigos el tiempo regocijándose en la vida epicúrea, de diversión y entretenimiento. Y que sería una copia de su anterior ejercicio.

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