La Bola de Cristal
Advenimiento en los 10 municipios
Rogelio Rivero
En cuestión de un tiempo remoto, el 30 de septiembre, se abre un nuevo camino con el cambio de los cuerpos edilicios de los 10 ayuntamientos del Estado, los quintanarroenses de cada una de las municipalidades podrán ver más pronto cuán han sido los legados con la potestad del pueblo en la urnas los triunfos tricolores en el proceso pasado, creándose así la entrega de confianza para atender al bailío correspondiente sobre sus más sentidas demandas de servicios y obras de infraestructura social.
Y este nuevo ciclo municipal se irá hacia otro propósito en contraste entre sus contenidos y las realidades que se padece en algunos municipios que en el pasado fue de resultados devastadores. En unas cuantas semanas las nuevas autoridades en sucesión se habrán encargado de confirmarle a las sociedades municipales las razones de su manifiesto a juro con acciones concretas ante la situación en cada cual de las regiones que corresponda.
El pueblo otorgó la confianza en las urnas a los nuevos ediles municipales, los cuales estarán dirigiendo los destinos de sus aduares y, se darán a la tarea entonces, a explicarles los motivos de su esperanza a lo que allí se transmitirá en qué estado de guardia se estará en relación a las vicisitudes de su cotidianidad, donde expondrán el esfuerzo desplegado desde la confianza ciudadana para promover, junto con la potestad del pueblo, las pretendidas acciones de atención que forcejean con la precaria sobrevivencia del pasado.
La población tendrá la oportunidad de corroborar lo que su intuición les ha estado advirtiendo al saber de los nuevos alcaldes como intérpretes más genuinos para aliviar los sinsabores pasados. La verdad ampliaría hacia nuevos horizontes con las percepciones más indispensables que claman y reclaman atención de los pueblos.
Y este nuevo ciclo municipal se irá hacia otro propósito en contraste entre sus contenidos y las realidades que se padece en algunos municipios que en el pasado fue de resultados devastadores. En unas cuantas semanas las nuevas autoridades en sucesión se habrán encargado de confirmarle a las sociedades municipales las razones de su manifiesto a juro con acciones concretas ante la situación en cada cual de las regiones que corresponda.
El pueblo otorgó la confianza en las urnas a los nuevos ediles municipales, los cuales estarán dirigiendo los destinos de sus aduares y, se darán a la tarea entonces, a explicarles los motivos de su esperanza a lo que allí se transmitirá en qué estado de guardia se estará en relación a las vicisitudes de su cotidianidad, donde expondrán el esfuerzo desplegado desde la confianza ciudadana para promover, junto con la potestad del pueblo, las pretendidas acciones de atención que forcejean con la precaria sobrevivencia del pasado.
La población tendrá la oportunidad de corroborar lo que su intuición les ha estado advirtiendo al saber de los nuevos alcaldes como intérpretes más genuinos para aliviar los sinsabores pasados. La verdad ampliaría hacia nuevos horizontes con las percepciones más indispensables que claman y reclaman atención de los pueblos.
Paul Carrillo de Cáceres, Benito Juárez; Fredy Marrufo Martín, Cozumel; Mauricio Góngora Escalante, Solidaridad; Agapito Magaña Sánchez, Isla Mujeres; David Balam Chan, Tulum; Luciano Simá Cab, Lázaro Cárdenas; Juan Parra López, José María Morelos; Gabriel Carballo Tadeo, Felipe Carrillo Puerto; José Alfredo Contreras Méndez, Bacalar y Eduardo Espinosa Abuxapqui, Othón P. Blanco.