Vivir en Andara
En los últimos días hemos visto como el tema de las
“víctimas de Andara” de las que se aprovecha con aviesos fines el administrador
del fraccionamiento en multi mención, Sergio Zapata Vales, quien se ha
convertido en un nuevo foco de discordia entre diferentes moradores que han
dado cuenta de la insensatez del “milusos” casero.
Poniendo un poco en contexto el por qué se habla de
victimas a estas alturas. A como va pasando el tiempo en el punto de lo pactado
en el rublo de servicios y mantenimiento para la zona residencial Andara, se
han disparado los costos, verbigracia la venta del agua potable hasta en un 500
por ciento del costo si la suministrara la CAPA.
Pero en la práctica es más que una burla para los que
habitan las casas de Andara, muros, mutilados y desplazados de la junta de
construcción, un mismo muro “pegado” para dos casas, porque comparten igual la
misma pared.
Y también gracias a la nefasta e insensata actitud del
administrador de Andara, Sergio Zapata Vales, que por la falta de pago mensual,
el insensato administrador les manda a cortar el agua a quien no pagó a tiempo,
sumando estratosféricas cantidades para conectar el servicio, y por los años
que lleva Sergio Zapata Vales como administrador de Andara lo ha hecho con efecto crematístico,
para enriquecerse a costa del servicio de primera necesidad, como el agua
potable puesto que la vende en bloque al estilo Aguakán.
Con una serie de escándalos pintorescos, la actitud
nefasta e insensata de Sergio Zapata Vales, -sobreponiéndose al Consejo de
Administración del fraccionamiento Andara-, hacia los mismos posesionarios de
las viviendas de Andara, a los que a algunos se les ha hecho enojar a punto de
infarto, porque los trata como si fueran de barriada. -Con todo respeto al
querido barrio-.
Y solo se le está dando a estos posesionarios la
exposición mediática que están buscando, a pesar que tienen los mismos
privilegios y derechos con la legitimidad de los contratos que protegen a los
habitantes e infraestructura de Andara, en donde todo el tiempo Sergio Zapata
Vales acomoda la realidad a su conveniencia.
En lo que se presume el notable administrador de Andara,
insensatamente “ajusta” a su arbitrio los tiempos de sitios de recreación,
deporte y esparcimiento en el uso de las canchas multiples, alberca y espacios
de recreación para las familias andareñas.
Negocio redondo de Sergio Zapata Vales. Así como en el pasado la tienda de
raya se convirtió para el hacendado en un baluarte de acumulación de dinero,
ahora, la administración de Andara, con aviesos fines de utilidad particular
con la construcción de un edificio en monopolio de servicios de productos de
mercado, mientras ya aplica un puesto en la alberca como punto de venta de
alimentos y bebidas donde está prohibido el uso de “traje” y así obligar a los
usuarios y visitantes a comprar en la tienda de conveniencia particular en
detrimento de los andaradenses.
Después de que esta inmersión sea de verdad y los
conflictos sean una constante y mientras siga siendo el calificativo el hecho de
que en realidad lo que se está viviendo en Andara es el combate en contra de la
insensatez de Sergio Zapata, y quien tendrá que responder al final será él
mismo, que se traducirá en los posesionarios de las viviendas de Andara que
terminaran pagando la incompetencia e ineficiencia del multicitado
administrador de Andara, quien solo busca ajustarse a sus pretenciosas
ambiciones.
Si esto continúa por ese camino azaroso y vergonzoso,
Sergio Zapata Vales conseguirá que los posesionarios inmersos en su farsa, sea
sujeto de juicio con la creación de una “comisión de la verdad” conformada por
víctimas seleccionadas y de entre los demás que habitan el fraccionamiento
Andara.
Vivir en Andara, es mejor morir. Porque es más pomposa y
costosa que la célebre colonia Campestre, donde habitan verdaderas celebridades
de la vida chetumaleña. Y no es tan cara como vivir en Andara.
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