Carretera con sentimiento de pertenencia
La noticia de los últimos días ha sido sin duda el estado de excepción
del hundimiento de la arteria más importante de Quintana Roo, suscitado de
forma fortuita en el tramo carretero Cancún-Playa del Carmen, en ambos lados
están asentados los municipios turísticos más concurridos del Caribe Mexicano,
Benito Juárez y Solidaridad.
El aspecto turístico de lo que allí sucede, ha llamado la atención de la
opinión pública local, nacional e internacional. Se trata de una de las
carreteras del Estado con mayor fluidez con 30 mil vehículos diarios en su
paso. Y esto, como tal, tiene un doble matiz que va acompañado de muchas cosas
buenas y otras malas.
La confraternidad entre ambos lados ya es proverbial. De uno y de otro lado se
cruza para traslado del turismo, trabajo, comercio, vínculos familiares y otra
serie de factores que generan otras actividades, como la cotidianidad de los
habitantes de uno y otro lado.
Lo que sucede en el lugar no es nada nuevo, y muchos de los fenómenos naturales
datan desde hace muchos años. Que han empeorado con el tiempo tampoco es un
secreto.
Cavernas que con el paso del agua subterránea reblandecen la capa al
exterior que en su momento tenía solidez, hasta llegar debilitar la
compactación con el resultado de hacerse un socavón en el tramo carretero con
los resultados a la vista.
Había que tomar acciones complejas, complicadas, polémicas. Sin duda alguna.
Pero se tomaron las correctas, las adecuadas y las convenientes. No se
puede dudar que los últimos días hayan puesto de inmediato medidas urgentes
para la reparación del tramo carretero que colapsó.
Hubo las soluciones y mucha, con la a sensibilización ante el asunto
como prioridad, se ha generado por lo que refleja la dimensión del problema
para el turismo y la utilidad necesaria de gran movilidad en su traslado, ha
conseguido que importantes personalidades e instituciones se pongan a la orden
para remediar y facilitar la fluidez vehicular.
Por ello se activó un operativo especial en el que participaron la
SINTRA, Seguridad Pública del Estado, Dirección General del Aeropuerto
Internacional de la ciudad de Cancún, Secretaría de Comunicaciones y
Transportes (SCT), elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Federal.
La afinidad del actual gobierno de Quintana Roo, al mando del
gobernador, Roberto Borge Angulo, con los organismos estatales y federales
inherentes e inclusive con el apoyo de constructoras, puso manos a la obra.
Este perfil coloca al mandatario quintanarroense como un mediador calificado en
la circunstancia que se vive por el problema carretero suscitado.
Sobre la intervención de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, de gran
capacidad en la construcción de carreteras, caminos y puentes federales, fue
muy objetiva, aun con su gran experiencia, consideró quien los apoye, como el
grupo ICA que ipso facto se avocó en busca de la solución a tan importante
problema.
Se espera que las oportunidades para encontrar soluciones a los problemas
reales que allí existen, sean aprovechadas, porque están sobre análisis y
estudios de geofísica y mecánica de suelos. Y se tiene la certeza de que no hay
razón para que el atajar determinadas irregularidades signifique
irremediablemente la creación de otros contratiempos.
En el espíritu de pertenencia está el acercamiento fraternal del Estado con los
visitantes y habitantes que comparten la arteria de traslado más importante de
la actividad turística por excelencia en Quintana Roo.
Esta debe ser el paso para los encuentros del ir y venir de norte a sur,
centro y en los caminos que confluyen para cruzar a las islas quintanarroenses
que baña con sus aguas turquesa el Mar Caribe.
Y, por eso, las soluciones por edificarse nuevamente el tramo carretero
colapsado es una gran oportunidad de bienestar y progreso para Quintana Roo.
Y no se pudo hacer caravana con sombrero ajeno
En el fenómeno natural que colapsó la carretera Cancún-Riviera Maya, no
pudo figurar ninguno de la congregación opositora como ángel
provincial donde siempre se manifiestan haciendo
caravana con sombrero ajeno con la convicción de que es necesario superar
contradicciones estériles y por no poder enrolarse en declaraciones flamígeras.
Y así se visualice al enemigo y unan fuerzas contra él.
En medio de esta situación, se puede recordar los infecundos enfrentamientos
con la jerarquía del Estado, los conflictos desgastantes al interior de las
alas opositoras de izquierda y derecha, terminando dando más importancia a
otras de las partes que al todo lo que había pasado en la carretera.
A raíz de divisiones y fracturas partidistas bajo la tolda opositora, nace un
nuevo ideal en el partido tricolor, el de construir un proyecto de Estado y el
prístino líder se propuso fomentar una unidad mayor a la coyuntural entendiendo
que el bien común, que es el todo por el pueblo, es más importante
que cada postura y opción individual, color e ideología.
Sin embargo, es necesario el cambio de algunas mentalidades antagónicas con
criterios que se tomen en cuenta para lograr la unidad y el desarrollo dentro
de su misma bandería, se entiende que no se llega a la unidad mientras exista
la tentación de obviar los conflictos internos y externos y no asumirlos con
ética partidista.
Tampoco se logrará si se aplican políticas crematísticas –poder y
dinero- alejadas de los fines para el desarrollo de los pueblos, como son mal
vistas las visiones ideológicas de los partidos contrarios al PRI, PAN y PRD,
que suelen ser propuestas impuestas solamente en épocas electorales o
simplemente contra aquellos grupos que están en el poder.
En
esta época donde el pueblo demanda atención, se deben evitar
posturas moralizantes, es decir, aquellas que aíslan la conciencia de los
procesos y hacen proyectos informales más que reales.
Es tiempo que se comiencen a formalizar criterios que ayuden a discernir la
vida política y social del Estado, con la solidaridad que es superior al
conflicto. Más de 40 años después de 1974, en el 2016, año de la sucesión
gubernamental los del PRI retomarán nuevamente Palacio y, ya ahí, agregará otro
criterio de realidad sobre la misma idea. Se entiende que estos criterios han
ayudado a resolver el desafío de ser ciudadano quintanarroense y de pertenencia
a una sociedad con todo intento de fortalecer los lazos sociales integrados a
la vida quintanarroense.
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