La Bola de Cristal
Hay que aprender a escuchar don Julián
Rogelio RIVERO
Los datos duros que dio el General Anastasio García Rodríguez, Comandante de la 34va zona militar de Quintana Roo, al alcalde perredista de Cancún, Julián Ricalde Magaña, sin duda que son de alto impacto al asegurar que más del 90 por ciento de los policías cancunenses están al servicio de la delincuencia organizada, hecho que han podido comprobar con las “narco nóminas” encontradas con pagos extraordinarios hasta para 900 elementos de esa corporación.
Nadie duda que el tránsito de la delincuencia organizada será largo, tortuoso, difícil y complejo. En la opinión pública hay muchas expectativas. La sociedad civil reclama más participación de la autoridad municipal de Cancún, y no entrar más en competencias estériles por causas de los partidos.
Las fuerzas armadas se han sumado al esfuerzo brindando su apoyo a la ciudadanía quintanarroense, porque la delincuencia organizada afecta directamente a los pueblos y su gente, de manera especial a los de esta frontera sur. Los acuerdos de diálogo no cuentan con la voluntad política de algunos actores, ni una agenda de temas compartidos, ni las condiciones políticas que garanticen el encuentro entre los interlocutores.
Y no solo comprendan creer la necesidad del diálogo entre proyectos políticos diferentes después de una larga y cruenta historia de víctimas que ha dejado el crimen organizado.
Y no solo comprendan creer la necesidad del diálogo entre proyectos políticos diferentes después de una larga y cruenta historia de víctimas que ha dejado el crimen organizado.
No se vale que haya que sufrir tanto para llegar a reconocer al que se cree adversario y concederle espacio en la interlocución. Así ha pasado en estos días exclusivamente en la mente del alcalde de Cancún, ello por lo importante de describir este lamentable caso.
Más a quienes se consideran contrarios al proyecto político que se tiene que convertir en una acción de seguridad en el Estado. Lo que a su vez ha generado reacciones de defensa y aprehensión entre quienes se sienten agredidos, que sirven de esta manera de justificación para legitimar la política de exclusión por parte del Estado. Un círculo vicioso de acción y reacción que cada vez se va cerrando más, estrangulando la convivencia social y exasperando el conflicto.
No hace falta llegar a la guerra contra el crimen organizado y dejarla correr hasta el contrasentido de paz para que den pasos firmes hacia el reconocimiento de las diferencias entre las autoridades a través de un proceso de acuerdos y estrategias conjuntas. Es lamentable no hacerlo, -como es el caso de Cancún-. Donde no ha querido escuchar don Julián.
Más a quienes se consideran contrarios al proyecto político que se tiene que convertir en una acción de seguridad en el Estado. Lo que a su vez ha generado reacciones de defensa y aprehensión entre quienes se sienten agredidos, que sirven de esta manera de justificación para legitimar la política de exclusión por parte del Estado. Un círculo vicioso de acción y reacción que cada vez se va cerrando más, estrangulando la convivencia social y exasperando el conflicto.
No hace falta llegar a la guerra contra el crimen organizado y dejarla correr hasta el contrasentido de paz para que den pasos firmes hacia el reconocimiento de las diferencias entre las autoridades a través de un proceso de acuerdos y estrategias conjuntas. Es lamentable no hacerlo, -como es el caso de Cancún-. Donde no ha querido escuchar don Julián.
El gobernador Roberto Borge Angulo formuló a nombre de todos los quintanarroenses, un reconocimiento público a las Fuerzas Armadas por el apoyo que han brindado a Quintana Roo en los momentos más importantes desde hace 38 años, cuando comenzó su historia como Estado libre y soberano.
—Reitero mi compromiso de colaborar en las tareas del Ejército y la Armada, cuyo trabajo y apoyo ha sido trascendental para los quintanarroenses cuando lo hemos necesitado, — e indicó. —Su trabajo durante las contingencias y en la lucha frontal contra el narcotráfico y la delincuencia organizada ha sido invaluable, al igual que en las tareas de reconstrucción, cuidado de nuestras selvas y recursos naturales y para tener un país y un Quintana Roo más seguros.
En ese sentido, el jefe del Ejecutivo señaló que las Fuerzas Armadas han estado al lado de los quintanarroenses en emergencias como las derivadas del paso de huracanes como Janet, Gilberto y Wilma, por mencionar a los más devastadores, pero también en el control y combate de incendios forestales.
—Los quintanarroenses no olvidamos la ayuda y apoyo solidario del Ejército y la Armada en esos momentos; su trabajo a favor de los habitantes de las comunidades de la zona maya y de las más alejadas del Estado; la vigilancia de las poblaciones costeras desalojadas; el resguardo de albergues; la distribución de comida, agua y víveres y su trabajo, al lado de autoridades y vecinos, en las tareas de reconstrucción —prosiguió.
“Qué decir de su lucha incansable contra la delincuencia organizada y el narcotráfico; de la vigilancia heroica de nuestras costas y aguas patrimoniales”, continuó Borge Angulo.
—Muchos soldados y marinos han caído en el cumplimento de su deber, en defensa de nuestra soberanía e identidad y en el combate a quienes pretenden imponer el temor, la incertidumbre y la violencia en un país que se sustenta en los valores de la libertad, la justicia, la democracia y la paz —enfatizó—. Vaya nuestro sincero reconocimiento y agradecimiento.
Asimismo, sostuvo que su administración mantendrá una relación institucional y de mutuo respeto con el Ejército y la Armada porque son instituciones del pueblo, que defienden lo que muchos mexicanos han construido a lo largo de la historia, y están siempre al servicio de la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario