miércoles, 23 de julio de 2014

La Bola de Cristal, "Nacen más chiquillos", 23 de Julio del 2014

Nacen más “chiquillos”

El fin de semana pasado el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, INE, anunció que se aprobó el registro de tres institutos políticos más como nuevos partidos, con ello se verán, leerán y escucharán promocionales y spots a los líderes de los partidos recién nacidos, prometiendo -que con ellos México será algo así como el país de las maravillas-.

En los análisis políticos se aseguró que fue una aberración de esa constitución al haber consagrado a Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, -con Andrés Manuel López Obrador como principal tilde-,  Partido Humanista y Encuentro Social, estos dos últimos sin alma mater al frente.

Más “rémoras” –comentaron algunos analistas-, y es que de por sí los actuales llamados partidos “chiquillos” están en riesgo de sobrevivencia, -al no obtener 3 por ciento del total de los votos en las próximas elecciones federales-, el PT, Movimiento Ciudadano, Panal y hasta el Verde Ecologista perderían su registro.

A los tres recién nacidos partidos ya les abrió el INE el financiamiento y cada uno recibirá, de aquí a diciembre, 36 millones 414 mil 594 de pesos, de los que de los que 31 millones 756 mil pesos serán para financiamientoordinario; un millón 429 mil, para actividades específicas, que no especifican; tres millones 200 mil pesos, para franquicias estatales, y 29 mil pesos para franquicias distritales y, además lo que falta de financiamiento en la federales cuando estén en pleno vuelo.

Según el INE, estas condiciones no le quitan ni intentan privar a las banderías de su capacidad de raciocinio, de debate, de discernimiento y hasta de toma de decisiones, con lo cual se les admitió en el INE, a pesar de que se tiene que reconocer el abstencionismo y, a más partidos, les tocarán menos.

Adicionalmente, a juicio del ala antagónica, ha sido un error histórico integrar el estamento electoral a esos nuevos partidos, porque eso habría sido superado sí la decisión cívico-electoral no estuviera fuera de la realidad de la conciencia ciudadana, que ha tomado el abstencionismo como bandera.

Pero además, es reflejo fiel de eso que vino a denominarse el espíritu burlón al interior de los partidos PAN y PRD, dentro del cual se enmarca perfectamente haber consagrado el carácter apolítico y no deliberante en la batalla electoral, toda vez que la derrota ha devenido de una dictadura al interior del PAN y de una férrea decisión del empoderado afecto a pelear entre sí de las tribus del PRD.

Tras la cual quedó un doloroso saldo de muertes políticas, persecuciones, torturas y exilio y una enorme sombra que cierne sobre su desaparición, sobre todo en los militantes áureo-negros  y Albi-azules, ya que cada quien presentaba a lo suyo, pero cada quien por su lado, pero aún juntos, agarraditos de la mano, izquierda y derecha en alianza de facto, por lo que se dio al traste con lo anticipado de unidad al conjuntarse fuerzas extrañas.
En cuanto a los llamados nuevos partidos emergentes, ciertamente tal delimitación afecta los derechos de los militantes de otros partidos, porque dada la sensibilidad imperante en el momento y la fragilidad del sufragio, en el ejercicio del voto, no los compromete como cuerpo de un proyecto partidista concreto, si no se hace dentro de ciertos parámetros de credibilidad.

PAN y PRD se han retrotraído a la crisis política desde el inicio de la actual década. En aquella oportunidad del proceso intermedio en Quintana Roo, quizás lo más característico fue el fraccionamiento en múltiples pedazos de las posiciones internas, lo cual respondía a una progresiva pérdida de legitimidad no sólo en los actores políticos que hasta ese momento habían gozado del respaldo mayoritario, sino también de las alternativas que se presentaban como innovadoras.

Esa crisis, recordémoslo, impedía también construir los acuerdos necesarios para responder acertadamente a los graves problemas sociales del momento. El vacío fue ocupado por el liderazgo de Julio César Lara en el PRD y Eduardo Martínez en el PAN, quienes se fueron posicionando del hastío que producía aquel estira y afloje con las imposiciones en las candidaturas y, además, de incapacidades políticas, lo que se agudizó entre sus militantes en el año electoral correspondiente.

Y pone en evidencia la necesidad de justificar el nuevo rol que las nuevas fuerzas políticas estarán jugando en el tablero político en el 2015. Los pleitos que se han suscitado a propósito de las guerras intestinas por quien va ocupar el liderazgo en el PAN y PRD  y las confrontaciones internas disolventes, ponen en evidencia la división y el malestar al interior de esas dos banderías.

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