La Bola de Cristal
De improperios y acusaciones
Rogelio RIVERO
Una de las noticias más destacadas del pasado fin de semana fue la visita al Estado de los tildes nacionales del PAN, Gustavo Madero Muñoz y, del PRD, Jesús Zambrano Grijalva. Así de ese jaez en el orden de aparición, Madero, el timonel de Acción Nacional no sorprendió a nadie con su discurso cargado de improperios como el, “ya nos tiene hasta la m... el PRI”, hacia las fuerzas alternativas de triunfo del Partido Revolucionario Institucional en la entidad, como tampoco sorprendió con sus loas hacia la autodenominada victoria albiazul en Cozumel. Isla Mujeres y Cancún, en esta ocasión de la mano y de facto con su concomitante partido aurinegro, de mal efecto.
Evidentemente también se dejó ver el líder nacional de los perredistas, Jesús Zambrano Grijalva, porque no solamente vino a Quintana Roo en representación de su bandería a apoyar sus postulados, sino específicamente a lanzar descalificaciones y denostaciones a la representación gubernamental y al partido priista.
Evidentemente también se dejó ver el líder nacional de los perredistas, Jesús Zambrano Grijalva, porque no solamente vino a Quintana Roo en representación de su bandería a apoyar sus postulados, sino específicamente a lanzar descalificaciones y denostaciones a la representación gubernamental y al partido priista.
Fue inevitable, y de no esperarse más de él, que hablara a favor de la parcialidad política con la cual su partido está alineado en el ámbito del Pacto por México. Sin embargo, aquí es donde se ve la postura con su modo de actuar y con el decir, lo que dice mucho que decir del máximo representante perredista.
Las declaraciones de los dos timoneles de los partidos en contertulio opositor, PAN y PRD, no dejan duda de que la voluntad de entendimiento por el respeto al contendor tricolor y rayan en lo aplicado en el fragor de una guerra sucia en lo absoluto con el absurdo tiroteo descalificador.
El alegato al representante gubernamental va hacia una presunta intromisión inter electoral, mucha de la cual ha sido montada con fotos y falsos testimonios, y tiene esa marca de una fábrica de señuelos llenos de argucias y triquiñuelas como es común en las prácticas intermitentes de la oposición, por lo que no son precisamente tersos y melifluos los lanzamientos de dardos envenenados en sus discursos.