miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Bola de Cristal, "El sino del alcalde Ricalde" 29 de Noviembre del 2012


La Bola de Cristal
El sino del alcalde Ricalde
Rogelio RIVERO

La aplicación del programa del Gobierno del Estado, “Comprometido Contigo”, dentro de su eje las acciones denominadas, Reciclando basura por alimentos, Brigadas del bienestar, obras de beneficio social y de infraestructura urbana, que están intermitentemente realizándose en el municipio Benito Juárez con cabecera en Cancún, ha suscitado reacciones diversas, incomprensibles y también apasionadas, encabezadas por el presidente municipal perredista, Julián Ricalde Magaña, quien ahora actúa con intrepidez y bravuconadas.


Y sale frente a los medios con voz antagónica expresando intromisión al municipio libre. Otros reaccionan con moderación y racionalidad y, la mayoría de los benitojuarenses, -los que están de acuerdo-, reconocen objetivamente el resultado de las acciones del gobierno estatal en bien de la ciudadanía y de la imagen urbana. 



Entre los primeros en destacar la reclamación es el alcalde perredista de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña, quien a hecho a un lado lo que en su mensaje dijo cuando tomó protesta: “Yo nunca me voy a pelear con mi Gobernador” (…).



Y entonces se conducía con respeto hacia Roberto Borge Angulo, sobre todo por la firme actitud responsable y plural que siempre, como Gobernador, ha mantenido frente a los gobiernos municipales que son de diferente color, -que son varios en el Estado-. Sin embargo, se vislumbra, con prístina claridad, que esa declaración de Julián Ricalde, ahora es contradictoria.



Todos los del honor de llevar el gentilicio quintanarroense forman parte de Quintana Roo, y son todas sus partes las que componen la división política del Estado, -con el jefe del Ejecutivo constitucional al mando-, lo que ampara las decisiones y acciones –sin restricciones- y no hay alguna ley que establezca que sea Gobernador nada más de algunas partes de la entidad.



Un gobierno municipal no puede aducir que su soberanía ha resultado lesionada como excusa para rechazar simplemente porque le resulte electoralmente desfavorable. Cuando se acepta la jurisdicción obligatoria, sea alcaldía o municipalidad, mediante una toma de protesta expresa a formar parte del Estado que lo crea, hace renuncia parcial de su soberanía a los efectos positivos de las decisiones más altas de Gobierno, sea federal o estatal.


Y son los benitojuarenses quienes admiten la validez a las decisiones de la soberanía de Quintana Roo, con Roberto Borge Angulo al mando, y consideran que se debe ejercer el gobierno para tratar con perseverancia el desarrollo y bienestar social en todo el Estado. En esta exposición no parece ubicarse el presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña, quien ahora está en constante desafío con el Gobernador, además con parlamentarios e importantes figuras políticas. Así como con el comandante de la 34va zona militar, Anastasio García, y con Gregorio Sánchez, aun siendo su copartiquino.


Con el gobernador Roberto Borge Angulo, que siempre se ha distinguido por su tradición de seriedad y pluralidad en su desempeño y por ser respetuoso de la legalidad con la toma de decisiones del más alto sentido de gobernabilidad con los compromisos contraídos con la ciudadanía quintanarroense que le otorgó el mandato constitucional con el sufragio.


Y pronto vendrá la hora que se necesiten figuras incuestionables, fuera de dudas, con una fortaleza electoral clara y libre de sospechas que permita el empuje legitimador del sufragio, atributos que aun no se ven en los que ya asoman con bravatas al fin de avanzar hacia su proyecto particular con dominación. Y menos si se conduce con irreversibilidad manifiesta hacia la constitucionalidad del Poder Ejecutivo del Estado.

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