La Bola de Cristal
Perredistas en desmedro
Rogelio RIVERO
Al paso de los dos meses últimos del año la estancia perredista va en pleno desmedro –deterioro-, pues han tenido efectos inesperados con prominentes opositores tanto partidistas como mediáticos, Julián Ricalde y Gregorio Sánchez, los puntales del partido del sol azteca local que han experimentado un raro proceso de des-maduración política al conducirse últimamente echándose culpas uno al otro.
El fenómeno consiste en que los mismos actores solaztequistas, que ante la adversidad se portaron como gente madura y equilibrada, ahora aceleradamente han ido involucionando, primero hacia una aldea en pié de guerra –entre si mismos- y otro hacia el derrotero de mera inmediatez electorera.
En este insólito regreso cronológico parecen estar ahora atravesando esa etapa en la que los jefes de los bravos de las tribus PRD -Julián y Greg- se echan mutuamente la culpa de los avatares. Los viejos zorros de la bandería del sol aurinegro, dicen que los aprendices de políticos que manejaron al no menos un aprendiz de político, se dejaron robar hasta la cartera. Mientras tanto, los aludidos responden que los anteriores aprendieron a hacer magia al desaparecer los fondos de las arcas municipales cuando estaban en el cargo. -Y eran todos gregorianos-.
Se recordará que los únicos que salieron confundidos son los perredistas de marras, quienes experimentaron un pataleo colectivo en la Plaza de la Reforma alentados con fantasiosos y delirantes cuentos de postura opositora por los casos y caos ya desahogados por los especialistas en aplicar la legalidad, como lo antes alojado y ahora alejado de El Rincón.
Se recordará que los únicos que salieron confundidos son los perredistas de marras, quienes experimentaron un pataleo colectivo en la Plaza de la Reforma alentados con fantasiosos y delirantes cuentos de postura opositora por los casos y caos ya desahogados por los especialistas en aplicar la legalidad, como lo antes alojado y ahora alejado de El Rincón.
Mientras tanto, los dirigentes principales, incluyendo al líder moral del PRD local desde el palacio municipal de Benito Juárez, los que laten su corazón con los anhelos para conseguir subir a la cúspide de la Corona del Estado, y las eminencias de la grey perredista asimilada en Cancún que ahora se muestran ufanos ante la prensa tal cuales ejemplares capaces de asumir, el año entrante, el liderazgo en el Congreso y la mayoría de los 10 ayuntamientos del Estado. Casi nada.
El dirigente local del PRD, -a punto de culminar su mandato-, Emiliano Ramos Hernández, expuso a la prensa que es muy probable que la izquierda gane la mayoría en el Congreso estatal en las elecciones del año entrante ya que diez de los 15 distritos que se disputarán se encuentran en la zona norte, así como la mayoría de los municipios de Quintana Roo.
“Tenemos muchas posibilidades de ganar la mayoría de los municipios y también la mayoría en el Congreso del Estado, es muy probable que tengamos la Gran Comisión del Congreso y marcar la pauta de la Agenda Legislativa que es muy importante”, dijo.
En ese tenor, Ramos Hernández, comentó que no descarta en ningún momento buscar una candidatura de mayoría a diputado local, aunque subrayó, que aún es temprano para hablar de sus aspiraciones políticas y esperará a que llegue el momento adecuado en su partido, mientras tanto se dedicará de lleno a los trabajos de su partido.
Pero al pasar los días, esa preeminencia -con vehemencia- ha tenido en esa gente unos efectos inesperados. Poco a poco, dirigentes en demarcaciones municipales y jefes de las distintas tribus de la bandería aurinegra se han ido sumando alzando la mano y han comenzado a hablar de un cambio verdadero al que cada uno le pone nombre y apellido para alejar el continuismo, disimulado y de animación suspendida, pero que ninguno es capaz de explicar.
Al paso que van, pronto la flor y nata del Partido de la Revolución Democrática local, estará llamando con señales de humo a acciones de rebeldía –con lanzas rotas-, porque al concluir próximamente la actual dirigencia, está en el sur del Estado el sector más preclaro de esta posición para conseguir atajar la continuidad de los Ramos, aun con la fogata encendida y el resonar de los tambores de guerra en contra.
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