La Bola de Cristal
Dos tristes tigres
Rogelio RIVERO
El secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, a convocatoria del gobernador Roberto Borge Angulo, instaló La Mesa de Diálogo Político prevista para todos los partidos con registro en el Estado, para ello fue luego del anuncio de arranque de las elecciones intermedias 2013 en Quintana Roo.
Mendicuti Loría resaltó en ese contexto, que la intención de la Mesa de Diálogo Político es dejar constancia entre los quintanarroenses que, por parte del Estado, existe pleno respeto tanto a los partidos políticos como a las instituciones.
Quien dirige el Estado, entre sus múltiples funciones, está la de modelar ante sus conducidos la democracia y la legalidad, ésta, con la oportunidad para mostrar una muy buena disposición para exhortar a los partidos a conducirse con respeto y civilidad.
Y se avivaron las llamas, -dirigidas con lanzallamas-, porque dos principales contendientes, PAN y PRD, comienzan desde la lejanía a tirar golpes de izquierda y derecha para abrirse paso hacia las 10 presidencias municipales y las 25 curules en el Congreso local.
La pelea electoral será entre el PRI y el PRD, los dos como timoneles de las coaliciones con partidos participantes de una misma ideología o, atípica, como será con la doctrina del logo albiazul integrándose con el escudo aurinegro, juntos, y sigan pensando que así tienen oportunidad de reparto en las candidaturas municipales y distritos electorales del Estado.
En la instalación de la Mesa de Diálogo Político participaron los líderes estatales de los partidos Nueva Alianza, Martha Chan Ramírez; Verde Ecologista, Remberto Estrada; Revolucionario Institucional, Pedro Flota Alcocer; Del Trabajo, Hernán Villatoro y los representantes de Movimiento Ciudadano, Víctor Hugo Esquivel, y Concertación Mexicana, Plácido Acosta García.
Como era de suponer, los representantes de los partidos hicieron acto de presencia. Sin embargo, las dos grandes ausencias, PAN y PRD, llamaron la atención, ya que fue políticamente incorrecta, más de cara a las futuras elecciones.
Los tildes locales del PAN y PRD, Eduardo Martínez Arcila y Julio César Lara Martínez, respectivamente, conjuntando el Martínez, invitados a concurrir al cónclave partidista convocado por el gobernador del Estado, invitación que trascendió a tiempo, por lo que se convirtieron en referencia de reticencia: -Figura que consiste en dejar incompleta una acción, dando a entender, sin embargo, el sentido de lo que se dice y no se hace.
No se conformaron con interpretar concepciones irreales, también se desentrañó cómo va a estar su comportamiento en el concurso electoral, yéndose con todo contra el gobierno estatal, haciendo gala de una aguda visión de egolatría al no asistir inteligentemente a la integración y compromiso con Quintana Roo.
Precisamente, porque se impulsó con dos conceptos que hoy cruzan los acuerdos multilaterales, la legalidad como enfoque principal, y el respeto y la civilidad durante el proceso electoral que inicia en el Estado.
Y es cuando más se vislumbra a los líderes del PAN y PRD cómo se abrazan, y sean quienes comparten ideales, doctrinas y maneras de pensar, verbigracia, con la escenita de berrinche de niños malcriados. A los dos es difícil hacerlos creer en la objetividad, ecuanimidad y legalidad de los procesos encomendados a los partidos políticos, y no con reacciones recalcitrantes.
Y no se duda que, a partir de ahora, se celebren sesiones espiritistas para conocer las decisiones de las directrices del PAN y PRD desde las altas jerarquías. Como todo lo que se ha visto hasta ahora con el Pacto por México suscrito por los líderes nacionales de los partidos, PRI, PAN y PRD, cualquier cosa como esta, aunque suene inaudita, puede pasar.
Lo más indicado, lo sano, hubiera sido que el funcionario encargado de la política interna del Estado, les diera la bienvenida al escenario electoral y no mostrarse como acérrimos contendores opositores. En declaraciones a la prensa, los tildes del PAN y PRD dicen cuando lanzan ataques con visos de confrontación con el gobierno del Estado, aduciendo que no hay condiciones de diálogo.
Organizarse de manera para cumplir con objetivos y realizar funciones partidistas que se complementen y comprometan con el pueblo de Quintana Roo. La primera condición es que deben respetarse con civilidad en el trayecto del proceso electoral. Y no ajustarse al parecer del otro, ni conjuntarse de la misma manera en lo negativo.
PAN y PRD son las banderías que de manera acomodaticia tienen el vicio de acoplarse a lo que dicte el timonel y tienen miedo de expresar su desacuerdo. A pesar de tener una opinión diferente, prefieren bajar la cerviz y plegarse a lo que se les ordene.
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