La Bola de Cristal
Olímpicamente a AMLO lo hicieron a un lado
Rogelio RIVERO
Previo a los juegos olímpicos en Londres, habían arreciado las voces agoreras que pronosticaban, junto con AMLO, que ya tenían la sentencia de invalidez del triunfo del presidente electo, Enrique Peña Nieto. Las baterías se habían enfilado en contra de la elección presidencial como si fueran códigos de la verdad pié a cuello al máximo tribunal electoral, TEPJF.
Las historias repetitivas de los múltiples cedulados con tarjetas Soriana y Monex fue la apertura típica de un mensaje que rezaba intermitentemente, “he aquí la prueba del fraude”. Aseguraban los entes antagónicos.
El tema ya habría alcanzado límites anormales, como la toma simbólica de Televisa por el movimiento YoSoy132, viéndose acompañados por el SME, el movimiento de Atenco y de los llamados villistas, entre otros, juntos en contertulio de protesta en la que hubo que ver el desquiciamiento vial de los alrededores, pérdidas económicas del comercio formal y faltas y retardos de empleados y trabajadores que nada tienen que ver con esas marchas antagónicas.
Algo nuevo tendría que ocurrir. Ahora todo apunta interesante e incesantemente al mundo el desarrollo de los atletas mundiales por los Juegos Olímpicos de Londres en la edición 2012.
Y llegaron las emociones de las Olimpiadas, con gran carga de titulares e información en todos los medios que apagaron las lenguas de fuego de los mensajes flamígeros de AMLO retransmitidos en la prensa y por las redes sociales, por lo que los mexicanos ya estaban hartos. -Olímpicamente a AMLO lo hicieron a un lado-.
Y llegaron las emociones de las Olimpiadas, con gran carga de titulares e información en todos los medios que apagaron las lenguas de fuego de los mensajes flamígeros de AMLO retransmitidos en la prensa y por las redes sociales, por lo que los mexicanos ya estaban hartos. -Olímpicamente a AMLO lo hicieron a un lado-.
La respuesta es invariablemente un mutis por el foro nacional que había tomado la protesta antagónica poselectoral de AMLO. La respuesta también es el silencio de los medios porque ya no interesan las notas de información del caso Peje a los lectores, radioescuchas, televidentes y cibernautas, -por eso de que ya me la sé, así ha interactuado AMLO desde el 2006”. Por lo tanto, está clarísimo que en la mente de todo demócrata lo que debe ser es que como dice la canción, “hay saber perder”. No hay de otra.
Para ello, el veredicto electoral presidencial para Enrique Peña Nieto triunfador es irreversible, y sirva para que AMLO resuelva frenar a los oportunistas y los violentos seguidores y reencauzar por los caminos del bien a los millones de mexicanos que sufragaron por él.
En días pasados estos varios acontecimientos protagonizados por el afán delirante que trata de ocupar Los Pinos desde hace 6 años. Con los nuevos sucesos, -benditas olimpiadas-, se pone en evidencia algunas de las facetas recurrentes del personaje de marras.
Se tiene esta vez a un personaje que reúne suficientes méritos y condiciones para que la mayoría haya votado por él, no solo buscando huir de AMLO, si no porque Peña Nieto realmente representa la posibilidad de un mejor cambio del país.
Ante el virtual triunfo presidencial de Enrique Peña Nieto, avalado por el Trife, el 1 de diciembre iniciará el cambio de estafeta para conducir al país. Aplaudirá un pueblo que no se deja manipular por un verbo sin fondo, ni se deja amedrentar por un delirante que excluye a quienes no lo apoyan del nuevo intento, a la ranchera con el, “si pierdo arrebato- –O tratar de matar el gallo en la mano-.
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