La Bola de Cristal
El desenlace no ofrece dudas
Rogelio RIVERO
La campaña presidencial del partido tricolor ha vertido las mejores propuestas en materia económica, política, social y cultural, particularmente en las de inmediato impacto social, y es en Quintana Roo una simbiosis con el candidato del PRI al Senado, Félix González Canto, por el uso parecido en la forma y fondo, al lenguaje del candidato presidencial, Enrique Peña Nieto.
En la opinión pública se percibe porque es pertinente apreciar que el resultado en las encuestas a nivel nacional y en esta entidad caribeña, la maquinaria priista va en el primer lugar, lo que arroja una verdad inobjetable de triunfo.
Y es que en el modo de ver las cosas del bueno de la victoria, es una circunstancia que se materializa cuando se produce la mayor acumulación de factores y atributos favorables, y es precisamente también el punto de partida de Félix González Canto.
El guión formal del candidato presidencial, lo que está escrito y lo que la mayoría espera de la agenda del quintanarroense del candidato priista al Senado. En ese orden, desde la campaña electoral, cerca de la gente, quedará al final con la votación el triunfo con los más electores que se logre en las urnas. Esto es saber ser candidato, lo deseado para lo que muchos de buena fe partidista que están trabajando de lado y lado.
A estas alturas del proceso, lo exitoso que debería ser la historia de estar llevando campaña tras campaña, desde la interna de su partido y luego ganar como munícipe de Cozumel, en la interna y triunfo del proceso para una diputación federal, y con la interna y del corolario mayor en el proceso constitucional, el triunfo como Gobernador de Quintana Roo. Son 6 y, la que lleva con la actual campaña para senador, -suman 7 éxitos electorales incuestionables.
Y esto no es del gusto opositor. Más bien de emulación envidiosa. Si este va en busca de neutralizar al candidato del Revolucionario Institucional, la aplicación matemática dice que la posibilidad de éxito es aún mayor.
Por múltiples razones para enzarzarse, la demanda ante los tribunales electorales está de moda en el ala opositora, verbigracia lo último ocurrido en el PRD que expone la cabeza en la Picota en la ágora local de su propio co-correligionario convergente, -el de epíteto, “El Quino”.
Uno de sus diputados locales de ilustre verborrea, Antonio Meckler Aguilera, apuntó hace ya algún tiempo, la mirilla de su fusil hacia el ex gobernador, Félix González Canto, olvidándose que siempre que la comparación entre la suma de factores favorables por un lado y desfavorables por el otro, arroja un saldo positivo, cuanto mayor sea esa diferencia, entonces mayores serán las probabilidades de ganar la contienda.
Por la grave enfermedad intestina que padece el PRD con la rebelión de sus propios correligionarios, apóstatas, y otro en el que, de paso, se ha revelado como parte central de la trama. Denuncias precisamente por quien actúa como ejecutor -de la propia y de la ajena-.
Ambas siguen su curso, pero la primera pareciera desatar la gravedad de la segunda. La pura atadura de cabos sueltos pone a dudar al electorado sobre el desarrollo anormal del diputado local del PRD, Meckler Aguilera, ahora alza la mano, aduciéndose con méritos para ocupar el lugar del que bajaron del caballo.
Lo importante, lo necesario, lo urgente, es que si hasta ahora el PRD no tiene en el Estado candidato al Senado, y se define para ello que no puede ir ninguno de los alzados a la contienda electoral, aunque se diga de forma abierta que sí, como un ajuste de cuentas, la comisión política del partido aurinegro puede elegir a un sustituto externo, de los ya apuntados, y se den por terminadas las hostilidades en su fase crítica que consiste en atisbar hechos que afectarán significativamente los resultados esbozados por esos modelos antagónicos. Como verdaderos conmilitones: Soldados propios peleando junto a los del bando contrario-.
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