La Bola de Cristal
De un ministro y sus acólitos
Rogelio RIVERO
Mucho habrá que decir -y dilucidar- de la planificación generada en materia de políticas electorales en Quintana Roo. En los últimos años se ha saldado con similares chascos y chuscos, se arriba a imprecisos diagnósticos, se rediseñan sofisticados candidatos y se definen acciones de buena monta, pero con el elocuente pronóstico, de un nuevo y más estrepitoso fracaso.
La dificultad de los partidos de izquierda para entender todo esto, es que la realidad, es totalmente diferente a la del ahora, -dícese de candidatear a un ministro de culto-. Y para sus acólitos, existe lógica en todo lo que hace, piensa y siente. Todo es válido y lo más grave es que, por ahora, mientras se sienta fuerte y seguro, no puede pensar ni actuar de otra manera.
Y así se atreverán a postularlo, aunque será buena parte de otro fracaso, y se vería debido a la nueva presentación en la política del patio, tristemente célebre, a Gregorio Sánchez Martínez, al que con frecuencia apelan las ideas populistas, sobre todo en un nuevo camino sin conciencia del pasado, sin menoscabo de otra presentación, a ciencia cierta.
Con un relativamente cúmulo de variantes en contra, ha de entrar en juego Greg, frente a la contienda política-electoral en curso, al asumir -y presumir-, que la única opción de la izquierda en Quintana Roo al Senado de la República es la de solamente uno, él, que los demás conmilitantes bajo la tolda opositora, son muchos, pero no juegan. O los couches no los dejan jugar.
Desde el pródromo del proceso electoral 2012 no han sido las reflexiones, o actos de contriciones, tales sobre las otrora significaciones de la realidad, que para ellos no han valido de nada, el problema para los factores de la alternativa democrática estriba en que pronto llegará la hora que no merecen el derecho a fracasar.
En la materia que ocupa este epígrafe, es menester tener claridad en ello. Las expresiones de dignidad y sanidad espiritual llegan ya a lo grotesco junto con el otrora ostentoso estrella de los Chuchos, ahora respaldado por el nuevo Peje, juntos en el sendero pleno de amor y paz. Inmaculados.
En ese sentido, se puede contrarrestar con otra dimensión política partidista, es decir, con un enfoque más competitivo, con una maquinaria, lista, la que tiene una mayor connotación política que tiende a entenderse como un estado de equilibrio dinámico y capacidad de un sistema político-electoral para enfrentarles así de manera eficaz.
Orquestar mejor por la parte de la representación tricolor con sus actores y, por la otra, articular esos diferentes intereses con mayor ímpetu, pero también con mayor eficiencia para así lograr una fórmula más estable para el triunfo.
No es el momento para la innovación, es decir, con lo mejor de la canalización del repertorio tricolor que respalde, por parte de los líderes actores y grupos estratégicos intervinientes, hacia fórmulas que permitan llegar a acuerdos, con pactos que abracen a los diferentes actores políticos y que fluctúen como garantes triunfantes en la esfera de la suerte electoral. Punto
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