jueves, 21 de junio de 2012


La Bola de Cristal
Los alcaldes apóstatas
Rogelio RIVERO

La misma palabra tiene varios significados como el de la negación, deslealtad, repudio y traición, entre otros, es también en el argot político, la salida o abandono irregular de una orden democrática, en el acto que prescinde usualmente de su condición de simular servir incumpliendo sus obligaciones.
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Hoy en día, las actitudes apóstatas de la alcaldesa del municipio Lázaro Cárdenas Trinidad García Argüelles y, su par, el Alcalde del municipio José Ma. Morelos, Domingo Flota Castillo, que es reclamada con un derecho irrenunciable de la ciudadanía como parte integrante a la libertad de conciencia y de la libertad de exigir gobernar para el bienestar de todos y no sólo para sí.

Para estas personas se pide que se elimine todo registro de pertenencia porque ya en un determinado tiempo han dejado a un lado su obligación de servicio a la comunidad, -a quienes a juro constitucional hace más de un año hicieran los efectos pertinentes para su mandato al frente de su comunidad municipal, sobre todo en aquellos casos en que las descripciones anómalas se producen sin contar con la opinión del pueblo, en el sentido que al fallar está la apostasía –repudio- en consecuencia.

Variadas opiniones y análisis se han hecho en relación a los dos presidentes municipales impíos de los bailíos auto-aislados descritos. Sin embargo es el contenido y la orientación de los hechos lo que marca una clara diferencia con sus posturas renegadas.

Más allá del gesto poco edificante de mostrar la negación al acuerdo convocado por el Gobernador del Estado sobre la instancia de suscribir la Gobernabilidad Democrática y Corresponsabilidad Gubernamental en Quintana roo, su empeño y su actitud que orientó el disimulo al mantenerse recalcitrantes a una postura democrática que les permitiera tener el apoyo de sus gobernados, a la misma vez, lanzar la atención de los recursos hacia los sectores populares en una misma línea de acción responsable para apoyar los intereses de la población.

La idea del Ejecutivo Estatal con el acuerdo interinstitucional e intergubernamental, plural, sin distingos ni colores partidistas, fue clara, sin ocultar ni disimular el compromiso del Gobierno con el sólo interés de atender a los quintanarroenses en un camino democrático pleno, sin participación protagónica o con actitudes aisladas.

Los grandes objetivos de cada punto del acuerdo, son de revisión y análisis para su agregación hasta el detalle a la atención de todos los niveles a la base piramidal de las comunidades, desde consejos comunales hasta darle concreción como plan de Gobierno de acción y cronograma, del sentir de la comprensión popular, hasta transformar cada uno de los grandes objetivos en actividades realizables desde los gobiernos hacia el progreso de los pueblos en una sola bandera, la de Quintana Roo.

Desarrollando un esfuerzo especial, adicional, para hacer realidad el objetivo. Toda administración municipal tiene un compromiso gigante con Quintana Roo, en conjunto con todas sus regiones a asumir los compromisos dejando a un lado las particularidades.

La presentación del acuerdo interinstitucional e intergubernamental en Quintana Roo con 8 de 10 presidentes municipales, -fueron dos los recalcitrantes apóstatas-, que evidencian dos visiones radicalmente distintas del Estado. Mientras la propuesta abandera la alternativa democrática que apunta hacia el futuro y está consustanciada primordialmente con atender los problemas de los quintanarroenses, por lo que los representantes de la apostasía resultan un etéreo galimatías completamente alejados de la realidad.

La creación del acuerdo democrático es otro de los puntos esenciales del proyecto de la unidad estatal. Y el hecho que Trinidad García y Domingo Flota hayan cerrado sus puertas, esta situación hace a muchos ciudadanos dependientes de la ayuda del Estado, ante la inefectividad de privilegiar la aplicación de respuestas sociales bajo acciones represivas.

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