La Bola de Cristal
A toda máquina
Rogelio RIVERO
Así se comienza a ver en el alma de los quintanarroenses y de los de corazón tricolor, de la verdadera profundidad de certeza que esperan verter su voto en las urnas el domingo 1 de julio con la firmeza de los densos sectores que orlan la diadema de la maquinaria priista en el Estado.
Y que sólo es tamiz propagandístico el que presenta la oposición de izquierda en contubernio con la derecha, con spots de guerra sucia que se observa intermitentemente, con encuestas fantasmas o retintineando espetos descalificadores, en donde quieren dar por asentados sus reales con verdades a medias tintas.
La gran verdad descubierta por el consistente puntero presidencial, Enrique Peña Nieto, en sus recorridos por los Estados Unidos Mexicanos. Que más allá de una bien planificada estrategia comunicacional, la gestión revolucionaria del tricolor se vislumbra prístinamente acertada para el cambio en el país, así, el electorado mexicano no resistirá dar el mejor avalúo con su voto.
Pocas veces candidato alguno ha demostrado una vitalidad tan impresionante para lograr llegar a tantos lugares en tan poco tiempo. Una fortaleza física y espiritual que muestra un hombre de alma noble y sólidos principios democráticos, que no agrede con verbo pendenciero, sino que siembra razones para anhelar un país para todos por igual.
El proceso es creciente y envolvente, y por esas características aún está en capacidad de crecer, de sumar, de avanzar. Eso implica aceptar más y más opiniones diversas, aportes que no se habían considerado previamente, visiones que no necesariamente hayan sido parte de los proyectos iniciales. Entender eso, admitir que cada idea es legítima, evita choques fatuos e inútiles.
En el ámbito meramente electoral Félix González Canto se transformó en líder nacional al frente de su campaña de entre sus propios pares candidatos al Senado, ello por lo impresionante de ver cómo el pueblo en el Estado se desborda como manantiales generosos y trascendentes detrás del líder que ha inclinado las preferencias electorales a su favor frente a una sulfurosa candidata del PRD, al igual que una pretensiosa (que pretende) del PAN, pregonando el triunfo anticipado con estribillos estruendosos y que veneran sus llaneros. Solitarios.
Eso le ha permitido ir creciendo vertiginosamente al candidato priista, Félix González Canto, hasta dejar atrás a los adversarios que solo figuran en las redes sociales o en alocuciones preparadas para que la gente no vea la magnitud de su deterioro.
Con un lenguaje ofensivo, casi escatológico, los partidos de oposición al PRI enrarecen el ambiente. Hoy se espetan ofensas y calumnias a todas horas -y mañana también-, para descalificar al contendor tricolor.
Lejos del jolgorio anticipado para a continuación del día de la votación ser fiesta con Enrique Peña Nieto a lo largo y ancho de la república. La multitud entusiasta le hará eslabón de sus esperanzas. Lo mismo ocurrirá en Quintana Roo, en donde con una victoria electoral más de Félix González Canto, el pueblo tricolor lo recibirá con un halo de esperanza.
Luego de un exigente recorrido en la entidad por las diversas regiones que abren las puertas para escuchar de la propia voz del abanderado del PRI al Senado sus propuestas, que son bien recibidas, más si es para el progreso del Estado. Como cuando expuso con brillantez sus propuestas de campaña y, luego tuvo a bien realizarlas desde la gubernatura pasada, al igual que su visión integral en materia de seguridad que aplicó en temporadas de huracanes, poniendo el ejemplo de percepción mundial al Estado de Quintana Roo.
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