La Bola de Cristal
El efecto Félix
Rogelio RIVERO
El juego electoral en Quintana Roo está en plena acción. El priismo bien utiliza los tiempos, pues tiene abundancia de todo. Más allá de la dimensión de los entredichos, en el entresijo, hasta alcanza para seguir amarrando solidaridades políticas.
Luego que anteriormente en las apostillas de prensa, mentideros políticos, Internet y radio bemba, obviamente acotaban que el ex gobernador priista, Félix González Canto, tendría el boleto en la bolsa para ocupar un escaño en el Senado. Aun con que contará con un candidato encimado del partido Verde en la primera fórmula en el Estado y, que la preferencia del voto se vería menguada.
Pero no así con los recursos de unidad política del Revolucionario Institucional, y con lo virtual que se registra Félix González Canto para contender por una curul al Senado de la República, -por ser el mejor posicionado en la intención del voto en el Estado-. En esta dimensión puede estar de tú a tú en cualquier terreno y circunstancia electoral.
Todos los recursos tricolores convergen en agigantar un solo mensaje y un único candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, y los resultados mientras están a la vista en las encuestas, después de varios años y dos procesos de fracasos, ahora el candidato a ocupar Los Pinos sigue en la punta de popularidad para ocupar Palacio Nacional.
Es aquí donde vale la pena destacar el efecto Félix al componer la fórmula al Senado por Quintana Roo. Con penetración en el electorado quintanarroense, en campañas con sabor triunfal, presidente municipal de Cozumel, diputado en San Lázaro y Gobernador del Estado, por lo que se mantiene actual en la memoria electoral.
Y algo vital para el proyecto del país, el éxito que implica durante los tres meses de campaña con los candidatos del PRI para resultar mayoría en el legislativo federal, en el Senado y San Lázaro, transmitiendo el mismo mensaje con la mira puesta en las votaciones presidenciales.
Excelente decisión del PRI. Aun con el pegote en la urdirme del “Niño Verde”, -si se diera-, al conformar la fórmula al Senado, éste saldrá airoso con los atributos electorales del ex gobernante. El mensaje contundente, qué útil y cuánto es oportuno y bien manejado. Vital para la estrategia electoral tricolor para ganar elecciones.
Timoratos. Los del PRD. Ante el espectáculo burlesco del aspirante a la senaduría por el Estado, Gregorio Sánchez Martínez, en la basílica de la santa patrona de la política, ante una evocación de un señor terrenal. Con sus propuestas, los pastores se convierten en mensajeros de la fe o de sus mentiras.
En la nave albiazul, no están tan de tul las nubes. Entre fragatas y remolcadores, de un vapor proveniente de flamígero fuego amigo, -se asienta en el revanchismo, entre, la ahora virtual candidata panista para la diputación federal del distrito 02, Alicia Ricalde Magaña, y el dirigente estatal del PAN, Sergio Bolio Rosado, tratando de dejar estragos de una guerra intestina producto de radicalismos cuando se quemaron la naves de Alicia Ricalde en su intento fallido a la gubernatura del Estado por causa de la actuación de conmilitones casacas azules, -soldados propios que pelearon por otra bandería-.
El dirigente estatal del PAN se recargaba con otro de distinto color, se decía de un fallido armadijo de los partidos ziquierda, utilizando la derecha, en una megaalianza, a la que aquí hicieron llegar, del otro lado se montaba, obligado en un barco sin timón, a no usar su guayabera de siempre, de ahí su sospechosa conducta.
Una desastrosa época electoral en la que el derecho no era producto de la legitimación, si no una de ficción, y la democracia estaba prohibida. Lo que acabó con varios prospectos, pero que muchos consideraron como mal necesario para un progreso político-electoral con parafernalias símiles, pero disímbolas en ideología, por las que se podía andar libremente sin ser libre.
A unos les fue mejor que nunca, y a otros nunca les fue peor. Algunos argumentaron que no les fue mejor que antes, todo les salió mal. Ahora el paseo de los panistas debería estar lleno de armonía, pero con Alicia Ricalde, quien va con Cordero y Sergio Bolio, va con Josefina, también en pugna, se ve que no, menos con la reincidencia de semejante mentalidad facciosa que tan ineficaz les ha resultado. Punto
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