La Bola de Cristal
Ante un gran reto
Rogelio RIVERO
Hubo consenso legislativo al analizar el resultado para afianzar el nombramiento del Procurador del Estado, licenciado en Derecho, Gaspar Armando García Torres, y por lo que se vislumbra, un gran reto de futuro inmediato, pues representa el intento de reivindicar esa instancia ministerial que encabezó su antecesor, Francisco Alor Quezada.
El nuevo Procurador tiene una trayectoria bastante conocida y no luce desacertado pensar que en antelación su distanciamiento con el Procurador Alor, cuando fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, al reconvenirlo en ciertos casos, Alor no le hizo caso.
Y también es signo de que ese ministerio de justicia logre despertar la esperanza. No hay duda de que con la dependencia de sus encomiendas en el desmantelamiento de los causales de impunidad y la de atender los asuntos que le competen para que, finalmente, resulte satisfactoriamente en la pretensión de una mejor procuración de justicia para brindar paz y seguridad.
La determinación de cerrar filas para abatir la impunidad es grande porque en algunos casos se ha experimentado en la vida quintanarroense, además en hechos con extraños, conocidos y desconocidos, como los tristemente célebres casos de Kalimba y Ana Bárbara, -entre otros-, con la diferencia, ahora, de ponerle fin a todo viso de impudencia.
Sobran las evidencias de la excesiva volatilidad de la opinión pública, susceptible a las medidas que su Procurador sea más eficiente. Los anuncios propagandísticos no siempre persiguen que sus auditorios crean firmemente los mensajes diseñados para manipularle, baste apenas con sembrar la sombra de la duda.
Sería vergonzoso que el viejo truco de la victimización del delincuente también le rindiera provechos en esta oportunidad. Y viendo las cosas desde el prisma de una situación anormal-, cualquiera negaría de plano el potencial de una falsedad como la que muestran la deshonestidad y la desvergüenza.
Ahora estarán fuera las excusas. Y los pretextos ya no tendrán ninguna cabida. No obstante, esta es otra coyuntura en la Procuraduría del Justicia del Estado, -la ineficiencia de los procesos y su escandaloso desdén frente a los problemas de la gente han terminado, relajando los criterios de evaluación de los quintanarroenses al nuevo Procurador.
Frente a este desafío, sin precedentes, está el nuevo Procurador, en un friso -estar próximo-, a las primeras de cambio, para corroborar las expectativas, de que los quintanarroenses no tendrán a la mano nuevos motivos para refrendarle a otro un cheque en blanco y que el objetivo se trace y avance satisfactoriamente. Punto
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