La bola de Cristal
La clorofila del verde
Rogelio Rivero
No es lo mismo un precandidato auto-designado o eventualmente designado por un dedo omnipotente, en esta ocasión hacia una figura del partido Verde que siembra zozobra política e ínfima obra electoral para ir a la par con una figura tricolor mencionada insistentemente en las apostillas de prensa,
El apoteósico y alucinante clorofólico Niño Verde, ciertamente ha enarbolado la bandera social. Y, en sus momentos, atemorizado por la pérdida del poder, ha fundado programas sociales plausibles. Tierra adentro de Cancún es uno de ellos, y no pasa de una hábil tentativa para conservar el maniatado de una alianza.
Por tanto, al ex tilde del partido verdecologista, la regla debe excluirlo, ser despojado por su indigente paso placeándose con falsa identidad y pertenencia que da pecuniaria y humillante entrega al orgulloso gentilicio de acá.
Habría que buscar una manera de cambio en donde deben someterse a un censo para atender a los verdeecologistas más cercanos e insertarlos en el campo electoral, o en centros de atención, a quienes ya estén posibilitados para el trabajo legislativo.
Una mentira repetida hasta el cansancio se transforma en una verdad. Esa ha sido la premisa básica del entramado propagandístico del Niño Verde y pareciera que será la constante en la campaña electoral del nuevo ciudadano quintanarroense.
Y será un lastre que arrastre, en ristra, la fórmula del PRI a senadores por Quintana Roo, el candidato que gane, se levantará con la victoria junto con el verde, sin otro merito que ir al lado del triunfador. Ese es el esquema que ante un aparato propagandístico que el aspirante del Verde está vendiendo.
Es así como se lanzó como tip de acción una supuesta entrega de la candidatura al Senado el Niño Verde. Pero como por otro lado las apuestas en las apostillas de prensa y mentideros políticos arrojan que la gente está reclamando efectividad en los futuros legisladores por el Estado.
¿Alguien nos va a contar una a una sus andanzas? Esa idea se instalará en las mentes y se creerá como una nueva realidad. Los que se inscribirán en la misión electoral del Partido Verde y están en los listados de probables candidatos futuros revivirán su esperanza pensando que en la próxima ronda les tocará a ellos y los que no, querrán hacerlo porque, como que el asunto del Niño Verde es una falacia.
Hasta que la irrealidad se transforme en verdad y, en el peor de los casos, hace que si algo no funcione, el gran público elector no lo culpe directamente a él, sino a un aparato estratégico electoral, por el que asigne lugar a un Niño Verde sólo por ser de los aliados.
Así las cosas, paradójicamente tendremos a dos candidatos haciendo campaña. Uno, el que resultara del PRI triunfador, estará en la obligación de ir al frente en fórmula aunque no entusiasme a todos y, el otro, del partido Verde, quien a pesar de haber perdido se reinventará como nuevo empaque con etiqueta de Quintana Roo al Senado.
Y habrá ciertos capítulos de tensión no deseados entre las partes en competencia. Aún es el principio, pero nunca está de más el llamado de atención a tomar precauciones. Por si acaso. Ese apoyo no es determinante para los tricolores, pero sí debería ser un punto de inflexión. Punto
E mail: riveroeulalio@hotmail.com
http://laboladecristal-rogelio.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario