La Bola de Cristal
Quieren a Villa en la olla
Rogelio RIVERO
Aquel que en coro evoca los vaivenes de ciertos tiranuelos opositores que adoptan disfraces -al parecer “adalídicos” para verter declaraciones de los propios procesos legislativos, que no pasan de un descarado culto a la personalidad, donde una supuesta defensa del pueblo no es más que una práctica antagónica de color amarillo, como el que ahora que inicia el periodo de sesiones, al frente de la cámara.
“El Secretario de Seguridad Pública, Bibiano Villa Castillo, interviene llamadas telefónicas con un equipo personal y ha solicitado a sus superiores presupuesto para la adquisición de un equipo más sofisticado para perfeccionar esta práctica”, denunció el diputado perredista, Antonio Meckler Aguilera, quien al revelar detalles de la comparecencia del General retirado ante legisladores locales, estableció que el problema en Seguridad Pública “no es el Secretario, sino el Gobernador, que no sabe qué hacer en ese rubro”.
A inicios del arranque del periodo legislativo con la presencia, en la presidencia, del legislador de la bancada del PRD, Meckler Aguilera, quien en su estilo al uso difundido para tratar de identificar y unificar una serie de corrientes antagónicas efectivas que puedan señalar como moribundo al general Villa.
De Villa, su aparición y multiplicación de supuestos y dichos, genera una epidemia de análisis políticos que otorga indebido peso y significado al Secretario de Seguridad del Estado, sonando múltiples alarmas para proclamar que en determinados párrafos de su comparecencia en el Congreso del Estado, que -supone el diputado Meckler-, se gesta una nueva amenaza.
El legislador detalló que al cuestionar al general Villa sobre sus actividades de seguridad pública, éste les confesó, “que él (Villa) no tiene un equipo para interceptar llamadas, que él tiene un equipo propio y textualmente dijo, -vieran lo que a veces escucha uno cuando los estamos espiando-. Y dijo Meckler que les dijo (el general) que ya ha solicitado presupuesto para la compra de un equipo profesional que le permita realizar mejor esta práctica.
Los parecidos de los nuevos legisladores amarillos se consiguen más pronto en episodios que se encaraman al calor de la declaración a la prensa -con frecuencia, van mucho más allá, con el solo propósito de atribuir contenido y credibilidad, que procuran identificar todo lo más o menos bueno que existe en una sociedad, para destruirlo.
Antes, al cuestionar al diputado Meckler sobre la probable salida de Villa de Seguridad Pública, expuso: “La estrategia de seguridad no es del general Villa, es del Gobernador, mientras el gobernador no sepa qué quiere hacer con la seguridad pública para enfrentar este problema y que esté dependiendo de un personaje que parece que hace, pero no hace, y puede depender de otro personaje, y pueden traer a otro y a otro, y pueden traer a Billy the Kid, a quién ellos quieran, pero el problema es que es la estrategia del Gobernador, qué es lo que está pensando él para su seguridad qué quiere hacer con seguridad pública, si la estrategia es cambiar a este y traer a otro y resulta que es igual a este, no van a cambiar las cosas mientras el Gobernador no decida qué quiere hacer”.
Los amarillos de por estos lados son un simple exabrupto político, un desahogo de resentimiento y frustración que busca popularidad tirando golpes por doquiera, pero por completo carecen de solidez y contundencia. Porque al fin y al cabo lo único que realmente son, es buche y trompa, no más. Punto
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