La Bola de Cristal
Buscando resquicios para crear duda
Rogelio RIVERO
La gente acepta con escepticismo la expresión de que la justicia tarda pero llega. En el mundo globalizado de hoy la justicia marcha a ritmo más lento que la delincuencia, pero no cabe duda de que la justicia ha aumentado exponencialmente su velocidad relativa.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es el tribunal de la más alta jerarquía en México, permanentemente juzga actos de inconstitucionalidad cometidos con posterioridad a la fecha de su entrada en vigencia y que ya tienen ratificaciones en los órganos legislativo federal y local, incluyendo la de Quintana Roo entre ellas.
Este tribunal supremo, de manera inesperada y sorpresiva, cambió su criterio sobre el momento en que las entidades federativas deben asumir la atención judicial de casos de narcomenudeo, al resolver una contradicción de tesis adoptando una postura contraria a la que había sostenido en los fallos de las acciones de inconstitucionalidad promovidas por la PGR contra tres entidades del país.
En el marco del conflicto que allí se escenifica, ahora la decisión de la Corte roza a los legislativos de los estados de Quintana Roo, Jalisco y Chihuahua, entonces se convierte en arma de doble filo, como herramienta de intervención, motivo de burla y crítica por la coprología -parasitaria- nocturna del sistema de medios antagónicos.
Hay una percepción jurídica especializada en la materia a la tesis aislada sentada en la SCJN que no anula la resolución de la acción de inconstitucionalidad ganada por Quintana Roo contra la PGR, según la cual es válido que haya pospuesto la entrada en vigor de sus reformas locales sobre narcomenudeo hasta agosto de 2012.
Sin embargo, otros interpretan que el criterio asentado por los ministros de la Corte, será una tesis que la Procuraduría General de la República (PGR) y los jueces federales utilizarán para declararse incompetentes para tomar en sus manos casos de narcomenudeo que según la Ley General de Salud deben ser atendidos por los estados y los turnarán a los ministerios públicos y jueces locales.
Las fases adelantadas reproducen las vivencias a tal nivel que hasta se percibe, sin resquicio de duda, el grado superlativo del tribunal supremo de la nación. Sin embargo, por lo mampuesto en hilera en Internet o en voz y sonido con oraciones ecuménicas –de extensión- con llamadas ocultas a la descalificación, que tratan de elevar a cumbres fuliginosas -humeantes- para generar zozobra e incertidumbre, -buscando resquicios para crear duda-.
La PGR y jueces federales seguirán conociendo de casos de narcomenudeo donde se rebasen las cantidades de droga previstas en el artículo 474, así como de asuntos de narcomenudeo donde se presuma delincuencia organizada, pero en los casos donde se involucren cantidades menores, se buscará que los atiendan las autoridades locales.
Y así se acallan incertidumbres y suspicacias malsanas, pero refuerza otras tesis, mucho más profundas, y no con los añadidos de suposiciones y suspicacias de vocerías cruzadas. Todo sigue igual. El derecho persiste y asiste a Quintana Roo. Punto
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