La Bola de Cristal
Gasolinazos contra votos
Rogelio RIVERO
Por tanta protesta popular desatada por los “gasolinazos”, el descontento contenido, y el silencio que aturde frente a una realidad que afecta a todos, merecen decisiones de indiferencia en las urnas, independientemente del nivel de inseguridad, por desatender el alcance del plan de vida de la mayoría de la población, más de los pobres, que puede ser tan arriesgado como irresponsable.
En esa mayoría de la población, millones de medios pobres, pobres y los más pobres, que también, con el alza intermitente a los combustóleos, alcanza sustraer centavos de los bolsillos de los de a pié que es harto en la acumulación de cada mes que por un capricho de la ley hacendaria federal, por ende, suben de costo los productos y servicios primarios para la vida cotidiana, verbigracia, gas, agua, luz, transporte, medicamentos, productos de la canasta básica, vestido, calzado y sustento. Entre otros.
Y no hay nada que hacer, al parecer, imposible, para una nueva oportunidad de reinserción social, de deslastre de la abyección -descrédito-. Pero nada más alejado de esa realidad son los “gasolinazos” propinados al amanecer de cada segundo sábado de mes.
Reprochar las miserias visibles, por la ignorancia de algunos y por la esperanza de otros que, no por ser menos privilegiados, que aún confían, no conducirá a nada a la hora de rendir cuentas en las urnas electorales en el 2012, y no cabría votar por tanta irresponsabilidad entre quienes siguen aferrados a la idea de que los gasolinazos son benéficos, como entre los que únicamente se quejaron sin enfrentar el reto concreto de la transformación económica y social de las familias mexicanas.
También incurrirán en irresponsabilidad flagrante quienes se cierren a la idea de no escuchar propuestas, quienes creen crecen ante la posibilidad urgente de anteponer los intereses de su bandería y color en atención a ello, en vez de escuchar y conceptuar ideas para complementar sus anhelos, se dediquen a demeritar al adversario, sin advertir que en estos momentos todos deben ser aliados del pueblo.
Y no se describen actitudes solo de los actores políticos de relevancia mediática, sino de actores cuyas decisiones influyen en el ánimo de los ciudadanos, que su responsabilidad en esta era de la vida nacional es absolutamente individual, pero de innegable incidencia colectiva.
Las señales de los tiempos marcan la ruta del proceso electoral Presidencial en el 2012. Advertirlas es una responsabilidad de los actores políticos que tienen en sí el desafío de asumir y corresponder al pueblo que los eligió. -y si no-, sólo queda la esperanza de un cambio de mayor atracción-.
No falta mucho tiempo para las elecciones presidenciales de 2012, estos procesos son tan dinámicos que no es difícil sacar conclusiones adelantadas, todo parece indicar que la correlación de fuerzas se está moviendo hacia el bando contrario, la actitud del colectivo hacia la mayor preferencia por un prístino candidato para que sea el próximo Presidente, está dando motivos de sobra para creer que así va a ser. Punto
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