La Bola de Cristal
Un blackberry para Edith
Rogelio RIVERO
La presidenta municipal de Tulum, Edith Mendoza Pino, es un factor importante para darle estabilidad social y de gobierno al noveno municipio del Estado, y la estabilidad es siempre un elemento muy importante dentro de la política, no solamente interna, sino externa. Lo que podía haberle costado caro en la campaña del PRI que la consagró presidenta municipal, hace poco más de cuatro meses.
Lo que no es admisible es que la primera edil de Tulum pareciera no haberse dado cuenta de que ella debe contribuir a afianzar a su partido, el PRI, y no contribuir al desgaste con su arrastre popular que está en caída libre, ya que la oposición intensifica arremetidas y diatribas en su contra.
En las últimas semanas, como consecuencia de una presunta ingobernabilidad en el ayuntamiento de Tulum, el dirigente estatal del PRD, Emiliano Ramos Hernández, ha pretendido presentarse como conciliador tratando de conquistar con sus cantos de sirena al sector de la población que todavía no ha definido su preferencia política.
Consideró que los regidores de Tulum no deben renunciar ya que entonces el Congreso del Estado impondría un consejo a modo. Pero así como se pretende mostrar talante de buen samaritano, no pierde la oportunidad para embestir en contra de la alcaldesa.
Se sabe que toda la población disidente está aglutinada férreamente en torno de la desestabilización de la alcaldesa tulumnense. Desesperados, no cesan de descalificar, despotricar, ofender, lanzar a mansalva acusaciones contra todas las acciones que emprende, con supuestos planes conspirativos de entre los integrantes del cuerpo edilicio, de estar combinados en una confabulación para propiciar la intervención del Congreso del Estado.
El presidente de la Comisión de Asuntos Municipales del Congreso del Estado, Manuel Jesús Tzab Castro, declaró que pese a las inconformidades y desacuerdos que existen por parte del cabildo de Tulum en contra de la alcaldesa Edith Mendoza Pino, no pueden actuar debido a que no hay ningún hecho documentado o solicitud formal.
“Nosotros tenemos que revisar bien si las anomalías que algunas voces de Tulum están manifestando son reales, porque no siempre lo que se dice es verdad y no podemos actuar sólo por lo que escuchamos, por lo que, nos tenemos que basar en hechos”, indicó el legislador.
Pero no puede ser elemento desestabilizador quien siembra odio para mantener divido al ayuntamiento de Tulum. El contendor perredista derrotado, Adolfo Ventre Sigfri, todo un personaje dedicado en cuerpo y alma, pegado a la alcaldesa como blackberry, que Edith lo arrastra con grillete y bola negra, -en su real definición-, que ya no se conforma con tratar de “estrangularla” sino que ahora ataca a las bases financieras del propio ayuntamiento, a pesar de que también forma parte como regidor.
Y debía pensar un poquito en la estabilidad democrática de su bailío -municipio- ya que por obra del fervor de la política están ligados responsablemente para atender a todos los tulumnenses, no solamente de sentimiento, cultura e idiosincrasia sino también, en muchos casos, de sangre y raigambre maya. Esto es lo permanente y a largo plazo inevitablemente influye en la estabilidad de su propia municipalidad. Punto
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