La Bola de Cristal
Pleiteante entre taxistas
Rogelio RIVERO
No es usual que más de un evento concite la atención en Chetumal, como la de los taxistas disidentes del Sindicato Único de Trabajadores de Choferes de Automóviles de Alquiler, Suchaa, que tomaron por asalto la sede sindical -a ratos desmesurada, contra la toma de nota que daría, nuevamente, posesión a un nuevo periodo sindical a quien encabeza desde hace varios años, Rubén Pelayo Kuc.
Esta semana no ha sido una de esas raras ocasiones sin las broncas de los taxistas. Ahora, como táctica, una intervención a la sede principal del Suchaa en Chetumal han mantenido ocupados a los taxistas disidentes, no sólo a la medida de su condición, sino a sus incontables usuarios en la capital.
Una inesperada visita de todo un día a la emergencia de intervenir la oficina principal del Suchaa como medio de presión a las autoridades respectivas, no impidió llevar a cabo lo que los disidentes se habían propuesto, si no de seguir de cerca los pasos de la dirigencia de marras, que inesperadamente se convirtió en bunker de taxistas disconformes.
Para la disidencia de taxistas de Chetumal, que al parecer es comandada por una bandería bajo la tolda opositora, que no para de los continuos movimientos antagónicos en detrimento del tiempo de los usuarios para llegar al trabajo, escuelas y a lo de toda actividad para el sustento familiar, -que los ven con malos ojos-, se ha instalado en la sociedad.
Por supuesto que no han faltado los eternos confabuladores, que siempre no hacen otra cosa que sacar parte para sí a las cuentas de los costos del evento, sin jamás ponerse a pensar en los costos de tiempo de los usuarios. Ni tampoco del beneficio colectivo que proporcionan.
A la gente poco le importa el asunto, si la recompensa será para unos u para otros, sino que ver a los taxistas llevando con el servicio a los usuarios para seguir en la productividad de la vida diaria y que ahora se queden sin contar con ellos.
Y allí se desplegó el pleiteante combate oponente entre los taxistas disidentes y obedientes, lo que los taxistas saben hacer bien, ahora en ceremonial antagónico, que todo el mundo sabe y está harto.
Mientras una comisión de taxistas disidentes, con quienes se plantean soluciones en la Secretaría de Gobierno del Estado y la autoridad de la instancia local del Trabajo, a lo que es que su papel para la disidencia de taxistas sea para lo que ahora pretenden construirle con untuosos caprichosos, en esta de ocasión, para congelar los pasos que está dando el sempiterno líder desde el grandioso sindicato de taxistas de Chetumal.
Ante este entrompo -dándose vueltas- y las discusiones, el pleiteante entre los taxistas de Chetumal, queda más claro por el motivo ya declarado de su intervención por el liderazgo de ese sindicato único, -no hay otro-, y no dejarán que algún otro eventual sindicato emerja. Punto
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